LA PEQUEÑA HISTORIA DE UN SOÑADOR


Según Carmen, maestra de Reiki, todo empezó hace muchos, muchísimos años...


Pero si nos remontamos al presente tendremos que empezar por un 10 de marzo de un lejano 1966. En ese día un buen rollizo bebe de 10 meses de gestación (sí has leido bien, 10 meses) venía al mundo terrenal en la ciudad de Gijón. Nació en un momento en que la situación familiar era complicada. Tanto era así que una mujer se ofreció a su Madre para impedir el nacimiento de aquel niño. 

Pero aquella oferta cayó en saco roto y su Madre, con la generosidad que sólo una madre puede ofrecer a un hijo, dió vida (aún poniendo en riesgo la propia) a su tercer hijo por el medio de cesárea, en unos tiempos donde la epidural aún no entraba en los proyectos mas inmediatos de la medicina occidental. 

Su Madre siempre le recuerda que otra mujer, viéndola llorar antes del parto, le comentó “tranquila mujer ya vera como este niño va a ser su alegría” “que razón tenía esa mujer” le comenta a menudo su Madre.

Pues bién, gracias a aquel generoso acto de la Madre regalándole lo más grande que puede regalar un ser: La Vida. Hoy, 45 años más tarde, el niño soñador quiere abrirte su corazón.

...El soñador comenzó su experiencia terrenal bajo el abrigo de una gran familia que le llenaba de amor incondicional. Para su Madre, su Padre, sus 2 Hermanos y como no, su Abuela, aquél bebetón era como un osito de peluche al que había que mimar, achuchar y proteger y así fué.

Nuestro soñador fué creciendo mientras recibía y absorvía todo ese cariño, amor, respeto y ternura. 

Los años fueron pasando y con el las alegrías y tristezas típicas de cualquier niño y adolescente de la España de esos tiempos. La España en la que se jugaba en las calles, en la que la televisión era en blanco y negro, la España en la que los niños y los adolescentes tenían unos principios, unos valores y un respeto hacia sus padres, maestros y mayores (casualmente este es uno de los principios del Reiki).


Pero hubo algo en la vida de este pequeño que marcaría para siempre un antes y un después. Ese momento fué aquel en el que sus padres se separaron. Ese momento quedó marcado en la mente del niño como la marca en fuego que se hace al ganado.

Pero ese soñador es de los que piensa que “no hay mal que por bien no venga” y que “nada sucede por casualidad”. Así pues el tiempo y hoy en día el Reiki le enseñaron a ver lo positivo de la vida y quizás ese “golpe” (su primer gran golpe de la vida) fué el que le hizo valorar, aún más, lo que uno tiene y lo que puede llegar a perder. 

Con ese concepto bien claro desde los 6 años, el soñador comenzó a esforzarse en que a su gente, y cuando digo su gente me refiero a todo aquel que pasó por su vida, no le faltara de nada y menos aún su cariño y afecto.

¿Y como trasmitía el soñador su amor y sus sentimientos? pues de todas las maneras que tuvo ocasión, algunas conscientemente y otras quizás inconscientemente. Uno de los gestos que ahora pasado los años recuerda nuestro protagonista es aquél que tenía en su casa con los huéspedes de la pensión de su Abuela y es que el soñador vivió junto a su familia en casa de su Abuela en la famosa, por entonces, pensión de Beny. Una pensión por donde pasaron muchísmas personas desconocidas pero también muchos actores, deportistas y famosos del momento.

Que gran mujer la Abuela Beny y que poco tiempo pudo disfrutarla nuestro soñador. Aquella pérdida fue su segundo golpe de la vida. Pero en este caso el sabe que su abuela sigue con él. ¿Sabes por que? Porque cuando uno ama con todo su corazón nunca muere.

Pues volviendo al gesto del niño en la pensión de su Abuela te contaré que tenía la costumbre de subirse a las piernas de los huéspedes y empezar a jugar con sus orejas. Estaba claro que sus manos eran la mejor herramienta para trasmitir cariño. Quién le iba a decir entonces que terminaría trabajando con sus manos y con gestos similares a los de su niñez.


Pero en la historia de nuestro soñador hubo además otras grandes personas que le amaron y lo siguen haciendo con fuerza. A parte de su familia mas directa, nuestro pequeño protagonista tuvo unos tios y primos gracias a los cuales la ausencia de su padre fué mas llevadera. Ellos fueron los encargados de suplir la ausencia de ese cariño paterno. Gracias a su tio Alfonso, el soñador pudo disfrutar de un padre, sin olvidar a su hermano Luis, el cual aún siendo pequeño tuvo que hacer las veces de padre y aún hoy en día las sigue haciendo.

El tío Alfonso junto a la abuela Beny (su madre) es otra de esas personas que aun partiendo de lo terrenal siguen estando al lado de nuestro soñador, de hecho su tío está presente en muchos de sus sueños. 

Nuestro soñador sabe, ahora mejor que nunca, que esto que nos está tocando vivir es solo temporal y que una vez que nos vamos seguimos estando presentes, pero a otro nivel. De hecho según la teoría de nuestro soñador, “somos seres espirituales viviendo una experiencia terrenal”. Por eso el sabe muy bién que su tío Alfonso, su Abuela y algunos más, son ahora sus guías. Ellos son quienes le están dando fuerzas para escribir todo esto, para sentir lo que siente en estos momentos de su vida, para ayudar a quién lo necesita en sus terapias y para crecer interiormente como lo está haciendo.

Continuará...